Era 1994, Miguelangel llegó al salón de clase tarde (como era su costumbre) y antes que empezara el odiado profe con las clases de matemáticas (que nunca entendíamos), nos mostró un cassette. Lo había conseguido en Quilca, en las novedades que siempre se aventuraba a buscar cuando no había ganas de hacer la tarea o de ir al cole. Estábamos hartos de la música en inglés, del rock sin emoción de la radio y por eso nos refugiamos en nuestra inconformidad y nos sumergimos en la música subte que trataba de resurgir por esos días; y cuando nos mostró el cassette, con la carátula de unas tetas con una tijera en un pezón, nos alucinó bastante, mas aún con el nombre que encajaba perfectamente con esa imagen: Dolores Delirio.
Este demo tenía seis temas: Viento Satélite, Carmen (el dolor), Escenas de adiós, Vértigo, A cualquier lugar, ¿No ves el sol? (que coreamos a garganta pelada hasta quedarnos afónicos entre saltos, pogos y sudor, en lo que fue el Mas allá, el sargento pimienta, entre tantos otros), son clásicos del grupo.
Ese sonido que nos dejó Jeffrey Parra, Josué Vásquez, José Inoñan y Ricardo Brenneisen, en este demo: es crudo y con mucha energía, la esencia misma del grupo, nos despabiló de la modorra y nos dió esperanza de tener un buen grupo en la escena.
Han pasado los años y con ellos los cambios, el grupo pasó por una tragedia, en el 98 fallece en un accidente automovilístico Jeffrey Parra, y la formación original fue cambiando mucho desde entonces.
Muchos que los vimos en el inicio nos da una alegría tremenda rememorarlos escuchando este cassette, que se ha convertido con los años en imprescindible en la galería de influencias de Los Grumos.
dolores delirio
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