Lejos del retiro, Clint Eastwood no tiene tiempo para descansar, pensar en su legado o dormirse en los laureles de su leyenda. Él se apoya en la frase del músico Jerry Fielding: “Llegamos hasta aquí, no lo arruinemos pensando”. Hoy a sus 80 años pelea, como todos los días, por darle integridad a su larga carrera como artista.
La imagen de rostro rústico y mirada impenetrable no estaría completa si la mano no empuña un revólver que apunta a la cabeza de un forajido. El Western le debe a Clint Eastwood sus mejores horas, frases y momentos. Lo dotó de una mística insuperable. Y lo resucitó en 1992 con la oscarizada cinta Los Imperdonables.

Esa misma estampa debía trascender a nuestra realidad. Dignificó el género policial durante la década de los años 70 empuñando, esta vez, una Magnum 44, en nombre de una comisaría de San Francisco. Es así como nace Harry “Harry el sucio” Callahan, que gracias a Eastwood es de los policías cínicos, entrañables y más temidos, aún hoy. Esa década la inició como parte de una camada de tipos rudos y egos enormes en la cinta cómica de guerra Kelly’s Heroes, con Telly Zavalas y Donald Sutherland.
Trilogía western

En la trilogía western, Leone y Eastwood encontraron un lugar en el tiempo, al que con facilidad se puede acceder y no regresar. A Fistful of Dollars (1964), For a Few Dollars More (1965) y The Good, the Bad and the Ugly (1966) son historias en las que nadie se imagina a alguien más como actor principal. Eastwood le puso un poncho y un cigarro en la comisura izquierda a sus tres personajes Joe, Monco y Blondie, y les dosificó con una presencia enigmática. Nunca sabremos qué es lo que piensan, ni qué hacen. Lo único que entendemos es que la justicia prevalece y la impone él, un personaje cuyo nombre nunca sabremos, un héroe anónimo del que acaso sabremos sólo el apodo, todos ellos inmersos en esa cualidad enigmática e hipnótica.
La trilogía es asombrosa por su narración, paisajes, el detalle a las líneas de los rostros de sus personajes, acompañadas de una banda sonora creada por Ennio Morricone.
Él es la ley

Un director duro

Su carrera como realizador la inició con el documental de 12 minutos The Beguiled: The Storyteller (1971), obra que fue aclamada en Francia. A ello le seguiría su primer largometraje Play Misty For Me y cuyo trabajo le valió el respeto de la comunidad cinematográfica y de la crítica.

Para 1992 dirige y actúa en Los Imperdonables, y junto con su amigo entrañable Morgan Freeman dan vida a dos forajidos retirados que tratan de redimirse ante la sociedad que los recuerda como un par de asesinos. No es hasta 2003 cuando Clint Eastwood se sienta a la par de los grandes directores con la cinta Río Místico, que incluye un reparto de lujo encabezado por Sean Penn; el filme tuvo un éxito de crítica y taquilla. Pese a su trayectoria, Eastwood sigue humilde y revela que “el secreto de la vida es, realmente, nunca dejar de aprender”.

No le bastó realizar una película sobre un momento histórico de la Segunda Guerra Mundial con The flags of our Fathers sino que realizó Cartas de Iwo Yima, ambas en un espacio de 18 meses sobre el mismo evento, pero desde las dos caras de la historia.
Continúa con Gran Torino (2008), una ventana a lo que Eastwood pudo convertirse de no ser estrella de cine.
En Invictus (2010) regresa a trabajar por tercera vez con Morgan Freeman. En esta ocasión, para contar la historia de Nelson Mandela y la victoria de la selección sudafricana de rugby en el estadio Invictus. Ahora, Eastwood prepara el thriller Hereafter, protagonizada por Matt Damon, y se encuentra en la fase de preproducción de película sobre el controversial ex director del FBI, J. Edgar Hoover.
Eastwood, ícono pop
Dentro de la cultura popular, Clint Eastwood ha sido objeto de varias bromas y homenajes. El más conocido es el de Volver al futuro III, cuando el personaje de Michael J. Fox se presenta como “Eastwood, Clint Eastwood”. Vence a su enemigo Bufford Tannen con una plancha de hierro como el personaje de Joe en A Fistfull of Dollars. Asimismo, el personaje de MacGarnicle en los Simpson es una parodia de Harry Callahan.
Cientos de películas con personajes que empuñan un arma recitan las líneas del inspector Callahan. Eso demuestra el peso de Clint, que a sus 80 años es una de las luminarias las que no les basta con dejar un legado sino que despierta emoción en la cinematografía mundial por lo que queda por venir.
Entrevista subtitulada de la película Gran Torino
Entrevista a Clint Eastwood sobre el director Sergio Leone