domingo, 8 de marzo de 2015

Feliz Día de la Mujer .-

Si te hablamos de Patricia Roncal, una estudiante de pintura de Bellas Artes en los ochenta, probablemente no evoques ningún recuerdo. Pero de haber tenido un contacto con la historia de la escena subterránea tal vez hayas oído hablar de su apelativo: María T-Ta, una joven, como tantos otros en esa época, harta de la sociedad en la que le tocó vivir y cuyo único escape fue hacer música pésimamente ejecutada para expulsar la angustia que sentía adentro.

Narcosis, Eutanasia o Zcuela Cerrada son algunas de las bandas que han perdurado en la memoria colectiva del rock peruano, mientras que el recuerdo de María T-Ta ha sido siempre más difuso. ¿Será porque nunca grabó algo en buena calidad? Tal vez, aunque uno de los discos más emblemáticos de esa época es justamente una maqueta: Primera dosis de Narcosis. ¿Será porque se dejó de dedicar a la música en la década siguiente? Puede ser, aunque lo mismo pasó con muchos de los integrantes de las bandas subtes, ahora avocados a otras carreras o a su familia, lo que jamás influyo en su legado musical. Entonces, ¿qué fue? Podríamos seguir descartando razones y nos quedarían algunas pocas, pero tal vez la más poderosa era que María T-Ta era incómoda no solo para quien observaba con asco desde fuera del microcosmos subterráneo, sino para la gente con la que compartía escena. ¿Qué es lo que molestaba tanto de ella? “Su antimachismo militante en una época donde la sociedad joven era aún muy machista y homofóbica”, responde Carlos Troncoso, amigo suyo desde las aulas de Bellas Artes.

En los últimos días apareció una entrevista sin editar que le hicieron en 1987. Hay muchos cortes porque Patricia hablaba de más, no podía guardar para sí misma sus opiniones, en muchos casos sobre otras personas de la escena. “Era sencilla y directa, franca y alegre”, recuerda Troncoso. Con similares adjetivos la han descrito sus amigos de aquella época tras la confirmación de su fallecimiento por parte de Piero Bustos, integrante de Del Pueblo Del Barrio. El poeta Roger Santiváñez le comentó entre tragos que un joven periodista se lo había contado cuando lo contactó para buscar información sobre Patricia, pero le pidió que por favor no lo dijera porque quería ser él quien dé la noticia. El chico del que hablaban es Sebastián Corzo, un estudiante de la UPC que escribía un perfil sobre María T-Ta para uno de sus cursos. Él llegó a contactar a la mamá de Patricia, quien le contó que su hija había muerto hace cuatro años debido a un cáncer de Páncreas en Alemania, donde vivía desde hace veinte años. Sebastián supo esto en el 2013, pero a comienzos de este año, en una conversación con Daniel F totalmente ajena a su investigación le comentó sobre el fallecimiento de Patricia. La esposa del vocalista de Leusemia le dijo que muchos subtes que se escaparon del país les pidieron a sus familiares que digan que estaban muertos. Entonces dudó de la veracidad de esta información y dio un paso atrás en su publicación. Pero tras el anuncio de Bustos varios de los amigos de Patricia llamaron a su mamá y recibieron la misma respuesta. “A mí me pudo engañar porque soy un tipo x, pero a los amigos de su hija no lo creo”, nos dice Corzo. Lo que resulta más extraño es justamente que tuvo que ser una persona que jamás la conoció quien se interesara por saber si estaba viva. Muchos de sus amigos aseguran que se intentaron comunicar con ella luego de que dejara el país sin avisarle a nadie. Se dice que hacía teatro callejero y que trabajaba en un aeropuerto. Nadie sabe con exactitud lo que sentía y por qué decidió perder contacto con la escena. Su amigo Carlos ensaya una respuesta: “Ver al país desangrado desde la distancia tal vez te haga cambiar en muchas cosas”. Ahora sabemos que una pieza fundamental del rock subterráneo está muerta, pero nunca está de más recordar por qué María T-Ta genera tantos sentimientos entre sus amigos y la gente que la conoció. A muchos no les gustaba su rollo, pero ni ellos pueden negar que esa chica desaliñada les dejó una marca indeleble. La primera etapa del punk fue similar en todo el mundo. Importaba más qué se decía que cómo se decía. Bastaba con agarrar un instrumento, aunque no supieras tocarlo, y despotricar sobre todo lo que andaba mal con la sociedad. Evidentemente Patricia, al igual que la mayoría de sus contemporáneos, no era una dotada de la música. Sin embargo, aunque suene ilógico, en su producción como María T-Ta había más de otras artes. Svb Discos, un sello peruano afincado en Nueva York, editó en el 2011 un vinilo de la maqueta de María T-Ta y El Empujón Brutal, la banda que tuvo Patricia con Iván Zurriburri. Sandro Dogma, el impulsor principal de esta reedición, nos cuenta por qué le parece trascendente la música de María T-TA: “Sus líricas eran inteligentes, no eran las clásicas mentadas de madre que caracterizaban a las bandas en esa época”. Es fácil entender a lo que se refiere Sandro revisando las letras de canciones como La desbarrancada, una crítica a las poses de la época o Se necesita muchacha, una canción en donde Patricia encarnaba a una empleada del hogar maltratada por sus empleadores y hostigada sexualmente por el hijo de la casa. Incluso no es indispensable oír su música para conocer su desbordante ingenio. En la entrevista que mencionamos líneas arriba le preguntan su opinión sobre el sexo. “Eso es parte de mi vida privada...”, responde Patricia y agrega “porque me privan cada vez que... voy a los hechos”. Su experiencia teatral también explica que su propuesta haya sido impactante visualmente. “Yo vi los shows de María T-Ta y era alucinante ver cómo escenificaba cada canción. El escenario le quedaba chico y ella misma hacía su escenografía, incluyendo gigantografías que colgaba en las paredes de los recintos”, recuerda Sandro. El vinilo de María T-Ta tuvo buenas reseñas y se vendió muy bien en Estados Unidos, Europa y hasta Japón. En Lima no tanto, aunque Sandro cree que después de conocida su muerte subirá la demanda. “Lo típico”, agrega. “Si a una chica le está reventando una bomba en la cara no va a gritar “ay qué lindo, me reventó la bomba”. Tiene que gritar “¡chucha! ¡puta! ¡me saqué la mierda! Es lo más real porque solamente los mudos y los muertos no hablan lisuras”. Esto dijo Patricia cuando le preguntaron sobre el rol de la mujer en la escena. Hablar sobre si una mujer está permitida de decir lisuras resulta naíf hoy en día, pero al parecer era un tema en la sociedad de entonces. El machismo fue un tema recurrente en la propuesta de María T-Ta y su lucha se trasladó al escenario. En una investigación de Shane Green, citada por Fabiola Bazo en su artículo “machismo en el rock subterráneo: ¿mito o realidad”, se asegura que María T-Ta se convirtió en “el blanco central de la misoginia dentro del movimiento". De acuerdo con varias fuentes, recibió una cantidad excesiva de burlas de parte de la mayoría de jóvenes que formaban la escena. Ésta es la contradicción que más se recuerda sobre María T-Ta: el coraje que mostró en el escenario frente a audiencias formadas completamente por hombres y la frecuencia con la que justamente esa misma audiencia la interrumpió, la insultó, se burló de ella y la escupió por mostrar ese coraje”. En Punto de Placer, el fanzine que dirigió Patricia, tenía contenido expresamente feminista, aunque en la entrevista de Julio Montero ella aseguraba que había que combatir el machismo “sin llegar a militar en el feminismo”. Es claro que había un temor a identificarse con el feminismo, tal vez por un problema semántico: hasta el día de hoy, mucha gente asocia esta ideología como el equivalente femenino del machismo. Fabiola Bazo está de acuerdo con esto y cree que es comprensible que Patricia haya mostrado esta contradicción si tenemos en cuenta el contexto en el que estaba inmersa. Ella no cree que María T-Ta haya sido una feminista, sino más bien una protofeminista, aunque muchas de sus ideas hayan estado en la misma sintonía de las mujeres militantes. Fabiola nos cuenta algo más: para su investigación le fue difícil encontrar mujeres que participaran de la movida y que quisieran compartir sus historias. La mayoría no quiso hablar. No hay una única explicación para esto y las discusiones en Facebook entre viejos subtes que se preguntan si en realidad hubo machismo se cuentan por montones. Es triste que se haya tenido que confirmar el rumor de su fallecimiento para que la música y la historia de María T-Ta sea desempolvada por sus coprotagonistas. Pero hay algo fascinante en ver cómo cada día se reconstruyen los pasos de un fantasma. Amigos que encuentran fotos inéditas de ella, compañeros de banda que cuentan aspectos desconocidos de su vida y periodistas que intentan rastrear ese pezón oculto por el tiempo. Ojalá la próxima vez no lleguemos algunos años más tarde.