
En vida, Hernández publicó tres poemarios: Orilla (Lima, La Rama Florida, 1961), Charlie Melnick (Lima, La Rama Florida, 1962) y Las Constelaciones (Trujillo, Cuadernos Trimestrales de Poesía, 1965). A pesar de mostrar los vestigios de una idea poética innovadora y vital, estas obras fueron tibiamente recibidas por la crítica especializada.
En los años 70 Nicolás Yerovi empezó, con permiso de Hernández, a reunir sus cuadernos con miras a preparar una edición de su obra completa, Vox horrísona (1978).
Luis Hernández falleció en 1977, en la ciudad de Buenos Aires, adonde había viajado para tratarse una enfermedad mental. Presuntamente, el poeta se suicidó lanzándose a las vías férreas. A principios del 2000, surgió una versión distinta sobre la causa de su muerte, la cual decía fue un homicidio, pues, según dicha versión, no existían registros de su tratamiento en la clínica a la que habría ido a tratarse, aunado al hecho de que en el lugar del supuesto suicidio era usual encontrar cadáveres de "accidentados" o "suicidas" al parecer "dejados" por los militares argentinos.
LAS CONSTELACIONES (1965).-

"Qué antiguas estirpes del dolor, Vivieron en tus entrañas, toro. Toro formado a imagen de mi insomnio. De qué ocultos guariques, como humo Surgió tu alma: crótalo negro, Toro entre banderas. Crótalo en la selva de la arena dorada.
"Colmada, conmovida ha quedado la tierra tras tu paso último. Subes: son sombras las que arrastras en tu ascenso, y no es fácil llegar a sus designios.
En el pasar del agua entre los rieles, supiste que en las ramas postreras, donde el sueño y el tedio te elevaron, la caída cansada te aguardaba.
Ahora asciendes. Si tu juego y la tarde flotan juntos, sé que existes, extraño y nunca fuerte, frente a aquello que venga de los astros".
Y la poesía
Continúa mientras Existe un Tiempo Al cual, pleno de espejos, De Agua, de rocío, Elevamos hacia el aire. Merced del Sol. Es ésta. Y merced Del corazón humano Que no muere Tiempo hay en Lima De la bruma, tiempo De la niebla, del sol, Del fango, de la acacia, Del césped, de la verde Primavera que tanto Hemos soñado He aquí el Amor Dijo un Poeta en Lima En: La avenida del Cloro Eterno.
QUE ES LO QUE ELLOS
QUE es lo que ellos saben del amor y qué es lo que ellos pueden comprender Si no comprenden más La Poesía que es si no entienden la Música, qué podrán comprender de ésta pasión comparada la cual es la rosa grosera y la violeta tan sólo un trueno.
Charlie Melnick (1962)
Charlie Melnick
El estaba en todo Ya no lo está mas Maeterlinck
I
Como cuando vivía Cantarás, Aunque no vuelvas.
II
Ahora que no vuelves, Charlie Melnik, Mi viejo, mi antiguo Compañero; Cuando ni la marea más alta Cubre esta sombra De pena. Los caminos cerrados, old cap, Los caminos cerrados.
III
Quién, qué lluvia Hará surgir el día. Ahora que no regresas Desde tu noche perfecta.
IV
Que poco encuentro ahora De tus cantos En la fuente cegada Del océano; Lo que entonces cantabas: Lluvia viril tu voz Antigua Entre la hierba; Tu viejo piano, compañero, Derribando Navíos derruidos en los días, Ahora que no regresas, El camino del mar Hacia la casa Lleva sólo la huella De la imagen sin fin De tus canciones.
V
Qué pena recoge, entonces, La muda floración De mi amargura. Ahora que no vueles Ni el ave, ni los rastros Cuando el alba Sólo la seca paz Tendida De tu cuerpo
LA CANCION DE CHARLIE
1 Puedo llegar al mar Con la sola alegría De mis cantos.
2 Mi voz altísima En los bosques: Las hojas intrincadas, La fronda de las cañas Derribando La yerta soledad De las ciudades
3 ¡Solo el hondo sentido del estío! Mi sombra triste, Mis manos que rebalsan El reflejo incesante De las olas Y el sonido sin paz De los naufragios Acudiendo Al dolor de mis canciones.
VII
Mi sueño alerta Entre los barcos, Dolido y escrutando La oscura paz, Cubierta De tus manos.
VIII
Las rocas enclavadas, Tu viejo piano, Tu viejo piano flotando, El asfalto quebrado Y las veredas. El mar inmenso, perdido A la herida cercana De las cosas, Lo poco de dicha que llevaban, Lo poco de dicha que encontrabas Con e agua ya lejana De tus cantos. La bruma de tu voz, Tu antiguo piano, Tus dedos silenciosos, Compañero, Las ruinas de las playas ¡Siempre el abismo sin forma de los días pasados!
IX
Como todo estaba en ti, La forma de las cosas Ha tomado La perfecta oquedad De tu descanso. Ahora que no vuelves, Cómo el viento del mar Limpia las calles, Qué ruta hermosa, Quién puede ahora florecer En el viaje no emprendido De tus años.
X
Now, es I was young and Easy under the apple boughs Dylan Thomas
1 Qué afán limpio llevabas Que no pueden mis manos Recrearte.
2 Como todo es igual, nada turba Entre tu ausencia El reflejo de las ramas Del manzano, Sólo tus brazos, tu pura Calma. ¡Cómo tu rostro se oscurece en el agua conmovida! La antigua cuerda replegada, La pobre hierba iluminando El recuerdo excavado de los pozos. Como es lo mismo todo: Tu muerte bajo bosques Perdida o recreada. De qué alta raíz, Qué ríos, Brotó el olvido llamado De tus cantos. Y
XI
Si regresaras Qué habría de decirte.
Aquí, algunos de sus poemas musicalizados por Rafo Ráez:
http://luchohernandez.galeon.com/aficiones821702.html